El Ayuntamiento de San Vicente ha definido las actuaciones que puede llevar a cabo para minimizar el riesgo de incendios forestales dentro del término municipal a través de un Plan de Prevención inédito en el municipio que incluye la regulación de las quemas agrícolas. Cada año se registran más de un centenar que solicitudes de quema.
La superficie de contacto del suelo forestal en San Vicente se distribuye principalmente por la mitad norte del municipio, con parte del diseminado de la localidad (compuesto por explotaciones agrícolas de pequeño tamaño con edificaciones en su interior empleadas principalmente como segundas residencias) y también alguna urbanización compacta como Villamontes. Además destaca la presencia de edificaciones habitables (casas de campo, chalets, edificaciones aisladas) dentro del suelo forestal. En concreto existen al menos 199 edificaciones en suelo forestal, de las cuales 149 sirven de residencia y el resto son piscinas, balsas de riego, naves…
El Plan localiza las áreas de peligrosidad ante el fuego en las laderas de orientación norte de la sierra de les Penyes Roges y de la Serra Pelada, donde a las pendientes elevadas se suma la presencia de masas arboladas, y considera como vulnerables aquellas zonas que, dentro de la cabecera de cuenca del río Montnegre, tienen niveles de erosión más elevados.
En base al análisis territorial y del riesgo de incendio forestal se han determinado las zonas con prioridad de defensa para las personas y los bienes. La primera prioridad incluye las áreas urbanizadas en suelo forestal además de los diseminados y edificaciones aisladas en este suelo o en contacto con el mismo. La segunda son las masas arboladas (umbría de Les Penyes Roges y Serra Pelada, y en la zona de servidumbre de la vía pecuaria denominada Cañada del Camino del Palomo a les Penyes Roges, independientemente de su consideración de terreno forestal o no); la tercera lo conforma el Espacio Red Natura 2000 ZEPA Riu Montnegre; la cuarta, la Serra Pelada, Altet de la Mosca o Pico Escobella; y la quinta prioridad, el resto de suelo forestal.
El Plan contempla medidas de educación y concienciación, con el fin de minimizar en la medida de lo posible el inicio de los incendios a causa de negligencias y accidentes. Así como medidas de conciliación entre la normativa de incendios y la conservación de un territorio extremadamente frágil.
Un apartado del Plan incluye la norma reguladora en la gestión del uso cultural del fuego en todo el término municipal. Sólo se autorizarán las quemas de restos provenientes de la actividad agrícola en todas sus fases de producción: limpieza de parcelas, residuos de poda, restos de plantaciones herbáceas y arbustivas, restos de tocones, etc. La quema se deberá realizar en el propio lugar de la producción. No se podrán quemar los restos vegetales provenientes de jardinería, limpieza de parcelas o cualquier otra actividad que no esté relacionada directamente con la agricultura.
El Plan de Prevención de Incendios y el de Quemas han obtenido el respaldo unánime del Consejo Municipal de Medio Ambiente. La concejala Nuria Pascual ha explicado que San Vicente registra cada año más de un centenar de solicitudes de quema y ahora, gracias a su regulación, se podrá agilizar la gestión y minimizar al máximo el riesgo de incendios por esta actividad. Pascual ha destacado la alta participación en el Consejo así como la elevada aportación de sus miembros con propuestas y sugerencias.
