La Guardia Civil de San Vicente desmantela una de las organizaciones más modernas en el cultivo de marihuana y detiene a sus 13 miembros

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La Guardia Civil de San Vicente del Raspeig (Alicante) ha detenido a 13 personas (5 holandeses, 2 de nacionalidad ucraniana, 2  de argentina, 1 rusa,1 bosnia, 1 colombiana y 2 marroquís) de entre 25 y 45 años, tres de ellas mujeres, como presuntos autores de varios delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, cultivo o elaboración de sustancias estupefacientes y defraudación de fluido eléctrico. Se han incautado 5 vehículos de alta gama (BMW y VW), valorados en unos 150.000 euros, numerosos terminales telefónicos, abundante material informático y telemático, así como 60 kilos de marihuana, valorada en 300.000 euros, y más de 3.500 plantas de marihuana.

La Guardia Civil ha desarticulado en la provincia de Alicante una de las organizaciones más modernas y mejor estructuradas, dedicadas al cultivo y tráfico de drogas, calificada por los agentes como la “startup” de la droga.

El cabecilla de la organización era un holandés reclamado por las autoridades de su país como presunto autor de un asesinato. Había comenzado hacía menos de un año su ilícito negocio en la provincia y en ese corto periodo de tiempo disponía ya de cuatro cultivos que se encontraban a pleno rendimiento.

Viviendas de lujo para camuflarse

Uno de los activos de la organización era agente inmobiliario, experto en localizar a los propietarios que alquilaban viviendas, naves o locales comerciales, susceptibles de albergar plantaciones de gran tamaño. Cuando encontraba una vivienda que se adecuaba a las necesidades de la organización, hacía lo posible por alquilarla, incluso aunque estuviera habitada. Ofrecían grandes cantidades de dinero a sus moradores, que ante la oferta, acababan alquilándoles el inmueble.

Las cinco viviendas registradas por los agentes, estaban situadas en urbanizaciones de lujo. Por ellas pagaban alrededor de los 3.000 euros mensuales, pero todas estaban enganchadas ilegalmente a la red eléctrica, para poder suministrar las necesidades de las plantaciones sin levantar sospechas.

Estas viviendas pasaban totalmente desapercibidas para los vecinos, ya que vistas desde el exterior no se podía apreciar ningún detalle de lo que se estaba cultivando en su interior. De hecho, en ellas vivían los miembros de la banda con sus familias. Durante tres de los registros, la Guardia Civil descubrió en ellos a cuatro niños, de entre 9 meses y 7 años.

Otros miembros de la banda hacían el papel de “jardineros”. Por un lado cuidaban el jardín y los exteriores de las casas, para aparentar normalidad entre el vecindario, pero por otro hacían labores de mantenimiento de las plantas de marihuana en el interior de los recintos donde se estaban cultivando.

La útlima tecnología aplicada a los cultivos

En esos cultivos, además, utilizaban tecnología punta para aumentar el rendimiento. Entre la documentación encontrada, los agentes han podido comprobar que el coste de montaje de estos cultivos, habían tenido un coste de más del doble del habitual para las típicas plantaciones. Disponían de equipos informáticos, conectados a aparatos de domótica, con los cuales controlaban el desarrollo de las plantaciones a distancia, con una tablet o un teléfono móvil, a través de una aplicación específica para ello.

De eso se encargaba otro de los miembros de la organización, que realizaba un seguimiento “on line” de los cultivos, controlando los niveles adecuados de temperatura, humedad, niveles de CO2, etc. Cuando los agentes le detuvieron, otros miembros de la organización borraron remotamente el teléfono móvil donde tenía toda la información de los procesos de cultivo y las aplicaciones para el control.

Cuando llegaba el momento de la recogida y secado de las plantas, la organización realizaba una subcontratación a un grupo de marroquís, que solo tenían contacto con los miembros durante ese periodo de tiempo.

Negocio perfectamente organizado

Mientras tanto, el líder de la organización llevaba un alto nivel de vida. Visitaba clubs de alterne y hoteles de lujo, en los que se cree cerraba acuerdos para exportar la droga a otros países europeos. Los agentes lo tuvieron muy difícil para seguir sus pasos, ya que cambiaba constantemente de itinerarios, de vehículos (todos de alta gama y generalmente de alquiler), de teléfonos e incluso de vivienda.

El mismo día que fue detenido por la Guardia Civil, era emitida una Orden Europea de Detención por las autoridades holandesas, siendo reclamado por un delito contra las personas.

Durante los registros de las 5 viviendas, los agentes descubrieron entre la diversa documentación encontrada, que disponían de varias empresas pantalla, que no tenían actividad ninguna, pero que servían para blanquear el dinero procedente de la venta de droga.

Con ese fin tenían también alquilados varios locales, en los que se encontraban inscritas las empresas, pero que no tenían movimiento alguno. Los administradores de esas empresas, eran personas ajenas a la organización, que cobraban una cantidad mensual, solo por estar dadas de alta en esas funciones.

La Guardia Civil ha aprehendido 5 vehículos de alta gama (BMW y VW), valorados en unos 150.000 euros, cerca de 10.000 euros en efectivo, y numerosos terminales telefónicos con tarjetas de telefonía a nombre de súbitos argelinos con identidades ficticias al objeto de imposibilitar sus posibles intervenciones telefónicas. También han sido intervenidos numerosos equipos informáticos, tablets, sistema telemáticos para controlar las plantaciones a distancia, arrojando este último extremo que dicho grupo operaba con las técnicas más moderas y pioneras en dicho mercado ilegal.

Se han incautado 60 kgs de Marihuana dispuesta para su venta (cogollos), del cual hubiesen obtenido en el mercado ilícito unos 300.000 euros. Así mismo se han aprehendido 3.500 plantas de marihuana en 4 cultivos diferentes y pequeñas cantidades de sustancias psicotrópicas para su propio consumo.

Las viviendas y locales estaban situadas en las localidades de Muchamiel, Gata de Gorgos, Busot, La Alcoraya, El Moralet y la capital alicantina.

En total, los agentes de la Guardia Civil de San Vicente han  detenido a 13 personas (2 ucranianas, 1 rusa,  1 bosnio,  5 holandés, 1 colombiano, 2 argentinos, 2 marroquís), siendo tres de ellas mujeres, todos con edades comprendidas entre 25 y 45 años. Tras ser puestos a disposición judicial,  5 de ellos han ingresado en prisión provisional.