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El consejo social de la UA aprueba unos presupuestos que califica de “ingeniería económica” y reclama financiación suficiente para evitar el estancamiento

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Critican el espejismo de aumento de financiación, que sólo servirá para liberar a la institución de los bonos emitidos en 1997 para la modernización del campus

El estancamiento de la financiación ordinaria paraliza la inversión en infraestructuras y obliga a decantarse sólo por la formación y los recursos humanos

 

El pleno del Consejo Social de la Universidad de Alicante ha aprobado esta mañana los presupuestos de la institución para 2017. La reunión, celebrada en el edificio de San Fernando de la sede Ciudad de Alicante, ha contado con la intervención de la vicerrectora de Planificación Económica, Mónica Martí, que ha sido la encargada de desgranar la propuesta que ya informó favorablemente el Consejo de Gobierno celebrado el pasado viernes, día 16 de diciembre.

El presidente del Consejo Social, Francisco Gómez Andreu ha definido el próximo ejercicio económico de 2017 como “ingeniería económica”. Como ya explicó Martí, se trata de unos presupuestos “sumamente atípicos” que aparentan un incremento de la financiación, pero que realmente, “nacen condenados”, ya que el aumento presupuestario va destinado a amortizar el pago de los bonos emitidos a través del Banco Europeo de Inversiones en 1997 para completar la edificación y modernización del actual campus y la sede de la Ciudad de Alicante. Se trata de unos bonos de los que la Generalitat Valenciana se comprometió a asumir tanto el pago, como los intereses de la amortización y cuyo vencimiento será en 2017. La cantidad que se percibirá para este concepto asciende a 68 millones de euros lo que, en apariencia, incrementa de 186’2 a 254’6 millones el total a percibir.

Así pues, Gómez Andreu critica el espejismo de ese incremento de ingresos, ya que el 98% de la subvención de la Generalitat Valenciana que, a día de hoy es la principal fuente de financiación, está comprometida en el capítulo de recursos humanos. De este modo, los responsables universitarios aseguran que con el resto de ingresos con que se cuenta, “resultan insuficientes para cubrir los gastos de la actividad ordinaria” por lo que las posibilidades de crecimiento de la institución “son inexistentes”. Por ello, Francisco Gómez ha pedido al Consejo de Gobierno “que se estudie la viabilidad de cualquier nuevo gasto”.

Desde el Consejo coinciden en que si bien la situación es delicada para el próximo ejercicio, puede devenir en “extrema” para 2018 si no se logra un compromiso de estabilidad e incremento real de los ingresos ya que cómo él mismo argumenta, al hilo de lo expuesto por Martí, “se va a contar con la misma subvención, pero habrá menos ingresos procedentes del convenio de la recuperación de la deuda histórica mientras se habrán de soportar mayores costes de personal y afrontar los compromisos ya asumidos”.

Los consejeros consideran oportuna la línea de austeridad iniciada durante el mandato de Manuel Palomar que seguirá apostando por la implantación de nuevas titulaciones, la docencia de calidad, los másteres y por la inversión en investigación y producción científica pese a que ello implique la reducción de las inversiones en infraestructuras. En este sentido, el rector ha expresado que espera que a lo largo del próximo año la Universidad vea como aumenta la partida de transferencia ordinaria “en tanto se aprueba una Ley de Financiación de las Universidades Públicas Valencianas”, se hace realidad la carrera profesional del personal de administración y servicios y se crea un Plan de Mecenazgo que sirva “para aumentar los ingresos de la institución, en el que el Consejo Social debe tener un papel destacado”. Palomar también ha mostrado su optimismo por la aprobación de los nuevos Grados de Gastronomía y Medicina así como la previsible inauguración del Parque Científico y Parque Tecnológico que ya ha finalizado su urbanización y se espera que para el mes de abril concluya su conexión con el campus.

Por su parte, Gómez Andreu ha insistido en la reivindicación y el anhelo del rector, Manuel Palomar, de una mayor inversión en universidades, “una financiación –han dicho- que sea estable a largo plazo, acorde con la realidad de las universidades y suficiente para acometer el crecimiento necesario”.